El Día de las Madres en México se celebra el 10 de mayo, por ello, mi artículo de hoy va enfocado a las mamás. Y te sugiero un ejercicio con el que las honremos, porque madre sólo hay una.
¡No puedo creer que haya pasado un año desde que le escribí a mi mamá Para una madre, que es a toda madre llevaba poco de haber iniciado mi blog. ¡Qué rápido pasa el tiempo cuando una se divierte!
Quiero empezar por felicitar a todas las mamás de la comunidad nunkaestarde y que por favor me feliciten a sus respectivas madres. El simple hecho de que les hayan dado el regalo de la vida es lo que valió la pena y hay que estar muy agradecidos por eso.
El día de las madres se ha convertido en un pretexto para celebrar a mi madre, debo confesarles que no todos los años ha sido así, al principio nos negábamos a ser parte de un día comercial impuesto y se sumaba que mi abuela paterna cumplía años este día, así que el festejo era para mi abuela. Después con el tiempo he aprendido que lo más bonito es hacer sentir bien a los demás y si con un día puedes hacerles ver y sentir lo importante que es a alguien ¡pues hazlo! (por eso cuando se trata de festejar lo que sea soy la primera en apuntarme) cumpleaños, día de la madre, del padre, del niño, etc., hay que festejar, quiero que los homenajeados se sientan especiales y sepan que alguien que los quiere celebra que están en su vida.
Muchas veces damos por sentado a nuestros seres queridos y lo que hacen por nosotros por eso me gusta mucho que tener días de festejo sean un pretexto para que valoremos y tengamos en mente a personas tan especiales en nuestra vida, como en este caso nuestras madres.
Y haciendo un recuento de lo que ha sido este año, agradezco infinitamente el poder compartir otro año con mi mamá, fue un año que NO pasó desapercibido, con muchísimas andanzas y aprendizaje andado, y en el que me encuentro (POR FORTUNA) escribiéndole de nuevo a mi madre.
Fue un año difícil, fue un año con muchos retos, donde su salud se vio afectada, donde recibimos golpes derivado de la misma, que me enfrentaron con la posibilidad de la muerte de mi madre y escribo esto sin poder evitar que se me salgan las lágrimas, porque enfrentarse a eso es algo para lo que uno nunca está preparado y duele.
Sin embargo, mi madre, mi guerrera incansable y favorita, sacó su fortaleza quién sabe de dónde y salió adelante.
A mí solo me queda agradecerle que siga conmigo. Agradecerle a la vida (que a pesar de lo malo) se volvieron regalos y oportunidades, para llevar una relación distinta, para acercarme más, para cuidarla, para apapacharla, para cuidarme, para apapacharme. De conocer a nuevas personas y los regalos que me trajo conocerles se volvieron clave e indispensables para que yo pudiera sobrellevar este asunto e incluso ayudar a mi mamá. Aprendí cosas de salud muy importantes que te he compartido en otros artículos como en ¡La fuente de la juventud sí existe! Aquí te digo cómo obtenerla y en No tienes que lidiar tus batallas sola. Aprendí a pedir ayuda y abrazos, aprendí a dejar de tener temas tabús y hablar de lo que siento. Aprendí que ponerme vulnerable no es malo y que uno puede recibir muchísimo.
Te cuento todo esto, además de para honrar a mi madre, porque quisiera que te tomaras un momento para valorar a tu madre, a veces necesitamos que ciertas situaciones nos lo recuerden e incluso a veces pudieran quedarse en el hubiera, y como NUNCA ES TARDE , te propongo que reflexiones sobre tú mamá, empezando porque te dio la vida, escribe sobre ella los puntos positivos y los negativos, lo que aprendes/aprendiste de ella, lo que ella eleva en ti, lo que disminuye, lo que le agradeces, lo que tienes de ella que te hace sentir orgullosa.
Si tu madre ya no está en este plano, te aconsejo que pases un momento escribiéndole y agradeciéndole, hablando con ella de tus sentimientos de lo que la quieres. Tómate un tiempo para honrarla, para honrarte.
Te propongo con este ejercicio que honres a tu madre, que si aún está aquí se lo digas, y si no está aquí la honres siendo la persona que siempre quisiste ser, viviendo con todos sus matices, buscando, construyendo y sintiendo. Dale como regalo, una sonrisa o una satisfacción tuya por haber logrado o echo algo que querías.
Como te he venido diciendo en otros artículos, de todo podemos aprender y ver el lado bueno, yo de una situación difícil he recibido muchos aprendizajes y regalos, que atesoro y valoro, estoy trabajando en mí y en mi salud desde el cariño y las ganas, en vez de desde el deber ser y esperando resultados.
Yo estoy muy agradecida con mi familia y amigos por su maravillosa forma de ser y estar, agradezco que mi mamá pueda seguir repartiendo su generosidad y planeando sus diversas aventuras y llevándolas a cabo con su gran capacidad de disfrute y de asombro como la niña chiquita que lleva adentro y que no ha perdido, lo cual le admiro.
Gracias mamá por no dejar de luchar, por sonreírle a la vida y conquistarla con esa sonrisa, por apostarle a tus sueños, por trascender en tu dolor. Gracias mamá por regalarme de tu locura y generosidad que le dan condimento a la vida. Gracias mamá porque al perder, aprendiste a ganar, siempre buscando y encontrando lo bueno a todo.
Gracias mamá por encontrar tu reflejo en todas las personas que te significan algo, Gracias por nunca dejar de ayudar a las personas sin importar lo que tú estás viviendo. Gracias por dejar que tu luz ilumine a quienes te conocemos.
Agradezco que este mundo pueda seguir disfrutando de tus locuras y ocurrencias, pero sobretodo que mi mundo siga disfrutando de la belleza de tu sonrisa y la alegría de tus ojos. Agradezco que seas mi madre y que hayas decidido serlo. Te quiero ma.
