¡Despierta, sólo se vive una vez!

Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on whatsapp
Share on pinterest
Share on print
Share on email

Despierta, sólo se vive una vez. No sé en qué momento nos convertimos en unos muertos vivientes, en expertos sonámbulos que aprenden a dormir sus deseos y empiezan a dejar de vivir. La vida sólo pasa y a veces muy rápido. Y nos acostumbramos a que así sea. Lo que es más, lo justificamos y a veces hasta nos empeñamos en que así sea.

¿Por qué dejamos que el miedo y el conformismo se apodere de nosotros? No lo sé, pero lo que sí sé es que dejamos de motivarnos, de disfrutar, de perseguir y hacer eso que realmente queremos.

Sucede sin que nos demos cuenta, lentamente, pero de repente cuando volteamos a ver, es probable que estemos alejados del lugar donde queríamos estar. Es probable que estemos viviendo por vivir, haciendo por hacer. Y eso no es vivir, dónde quedaron nuestra pasión y nuestros sueños.

No cuentes los días, haz que los días cuenten

Tu tienes el poder para hacer que todos los días de tu vida cuenten

Si te pidiera que enlistaras cosas que has querido hacer y que no has hecho, si dijiste ninguna te felicito y entonces este artículo no es para ti. Sin embargo, si sí hay cosas que no has hecho, te pregunto ¿cuántas son?  Y explícate a ti por qué no lo has hecho. (Acuérdate que en  estos ejercicios tienes que ser muy sincera y honesta y NO JUZGARTE).

¿Te convenció tú respuesta? ¿sonó a pretexto?. Más allá de que nos quedemos pensando, filosofando e incluso justificando por qué no lo has hecho antes, te pido que escojas la primera o la que más te duele no haber hecho y te pregunto ¿qué podrías hacer hoy para acercarte a hacer esa primera cosa? ¿una llamada, ahorrar tu primera moneda, billete?, ¿ponerle fecha? Y que te parece si no sólo lo piensas, sino que lo haces en este momento, no lo postergues más.

Ahora te pido que pienses qué podrías hacer mañana para lograrlo, y el resto de la semana. Piénsalo, agéndalo y hazlo (al menos de una de las cosas que enlistaste) piensa en una y hazlo, qué puedes hacer mañana para acercarte a conseguir eso que escogiste. ¿Qué vas a hacer para acercarte?. Cuando planeamos y queremos ir a algún lugar puede que nos tardemos en llegr. Pero si nunca salimos nunca llegaremos, en cambio cada paso que avancemos es una distancia menos y un tiempo menos o más cerca que estamos de conseguir nuestro objetivo.

¿Has vivido todos los días de tu vida? ¿o sólo han pasado?

Con lo que te he dicho hasta ahorita ¿todavía no te has motivado?, ¿hay algo que te hace dudar para actuar?, ¿no te sientes motivado para dar el empujón y sigues en tu zona de confort?, entonces, dime qué harías si te dijera que te queda un año de vida. ¿Te gustaría vivirlo así como estás ahorita, sin hacer eso que has querido hacer y no has hecho?.  ¿Qué vas a hacer para cambiarlo? ¿Esto sí te motiva a hacer algo ahorita? Piensa qué harías, por dónde empezarías a vivir el último año que te queda, ¿o te quedarías exactamente igual? Escribe o define qué es lo qué harías, realmente contéstate con toda la sinceridad esta preguta y tómate tu tiempo. Si ahorita no lo sabes o no tienes el tiempo, agéndatelo para después, pero no lo dejes pasar, si estas palabras te retumbaron, es porque hay algo que debes cambiar y ajustar.

Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era la muerte.

Ahora imagina que vas a morir mañana, qué es lo que harías, pero te pido que no solo lo pienses sino que lo hagas. Entra en acción inmediatamente, deja de postergar las cosas, deja de postergar tú vida. HAZLO

Vive cada día como si fuera el último, porque un día lo será

No sé, cuánto tiempo de vida te quede, ojalá que mucho, pero sobretodo te deseo que en el que te queda vivas, disfrutes, aprendas y saborees todos los días que te faltan, que cada experiencia sea un regalo, que tengas la capacidad de ver ese regalo en cada momento, que despiertes de ese aletargamiento que no te deja cumplir lo que realmente quieres y que al final puedas decir como Amado Nervo

Vida Nada me debes, vida estamos en paz

Te dejo el poema completo, para mí es un estandarte.

Haber vivido todo lo que quisiste es el objetivo, eso hay que decir al final de nuestra vida

¿Puedes decir vida estamos en paz, vida nada me debes?, ¿qué vas a empezar a hacer para poder decirlo?. Porque tú eres el protagonista de tú vida, como te dije en ¿Qué quieres de la vida?

¿Qué necesitas para despertar? que te echen un balde de agua fría, que te den malas noticias, te has preguntado por qué no sales de tu estado de zombie, de tu zona de confort sin necesidad de esto, quizá este artículo sea eso que necesitabas para entrar en acción, para hacerte dueño y responsable de tu vida, para hacer eso que te has propuesto y por alguna u otra razón no ha sucedido. No dejes que las palabras desaparezcan haz que resuenen, vive tu vida al máximo, muévete, sacúdete, DESPIERTA.

No esperes más, empieza hoy a hacer eso que quieres hacer, no lo pienses, atrévete (lee O todo o nada, para ver si este artículos te ayuda a dar ese paso). Sin embargo, si el miedo te paraliza te sugiero que leas ¿cómo se construyen los sueños? ahí te menciono dos herramientas poderosas para enfrentarlo. Si hay algo más y no puedes espabilar, empieza a reconocer qué es lo que no te deja despertar, qué es lo que no te deja acercarte a vivir la vida que quieres. Lo importante es darse cuenta, reconocerlo, eso te permitirá buscar estrategias para combatir eso. No quites el dedo del renglón e inténtalo hasta que lo consigas. Eso también es vivir, combatir nuestros miedos y demonios. 

Págate tus deudas y despierta, que sólo tienes esta vida para hacerlo y aunque nunca es tarde no intentarlo hoy, te aleja de hacerlo algún día. Ojalá al final de tu vida puedas decir ¡Vida nada me debes, vida estamos en paz!

Sal de tu estado de zombie, ¡Despierta! que la vida sigue

¿Te gustó el artículo? comparte en:

Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on whatsapp
Share on pinterest

Deja un comentario

Deja una respuesta

Suscríbete a los correos